Siempre el tema de la decoración con velas era un elemento interesante por la luz tan especial que las velas pueden dan asi como el misticismo relacionado, pero a la vez existia y existe un problema dificil de resolver, iluminar con fue implica riesgos es inevitable reducirlos por completo ya que debemos por lo menos mantenerlo vigilado para evitar accidentes desagradables.
Las ventajas del sistema LED son importantes en cuanto a la seguridad, ya que estas no producen calor y su bajo consumo energético es ideal en el tema del ahorro, aparte de ello carece de toxicidad y el antes mencionado gasto energético es mucho menor. Son lámparas muy resistentes y poseen una duración muy alta, en torno a las 50.000 horas de funcionamiento, en comparación con las incandescentes, que tienen unas 1.000 horas.
Todo sobre las luces LED es a favor del medio ambiente. Sin mercurio u otros tóxicos. Son reciclables. La vida útil de las bombillas LED significa mucho menos basura en los vertederos (1 bombilla LED dura lo mismo que 50 bombillas incandescentes o 10 CFL). La eficiencia extrema de las bombillas LED significa muchísimo menos uso de nuestros recursos de energía; lo que es también un ahorro significativo en emisiones de CO2. También la luz fría impone menos carga en los sistemas de aire acondicionado; lo que se traduce en ahorros de energía; también menos calor es igual a menos calentamiento global. Una sola bombilla LED evita la emisión a la atmósfera de 10 kilos de CO2 en 1 año
En cuanto a su uso en iluminación es igualmente prometedor por su eficiencia energética, fiabilidad y duración y sorprende averiguar que la tecnología LED no es nueva. Fue descubierta en los años veinte del siglo pasado por el ruso Oleg Lósev. Posteriormente, una de sus variantes, el diodo infrarrojo, empezó a usarse en mandos a distancia de televisores y, después, en otros electrodomésticos, como sistemas de aire acondicionado o equipos de música.
Las luces LEDs no dañan el medio ambiente, ya que no poseen tóxicos en su composición. Cumplen con las regulaciones ROHS, lo que significa que no tienen ninguno de los metales pesados como el plomo, mercurio o cadmio. Las bombillas fluorescentes compactas (CFL) contienen pequeñas cantidades de mercurio; una neurotoxina que puede causar daños en el riñón y en el cerebro; y deben ser desechadas de acuerdo con las regulaciones para substancias peligrosas. Los LEDs, por el contrario pueden ser desechadas de forma segura en la basura.